lunes, 5 de mayo de 2008

PUNTO BMP Nº11

Fernando José Karl nació en Joinville, Santa Catarina, en 1961. Entre sus libros destacan Diário Estrangeiro, Travesseiro de Pedra y Brisa em Bizâncio. Fue editor asistente del periódico “Nicolau”, de 1984 a 1994, así como fundador y editor del suplemento cultural “Anexo”, de 1995 a 1998. Estos poemas son una breve muestra del libro inédito Casa de Água de Georgia O’Keeffe. Poesía, de acá agradece a Sergio Rios por las traducciones.


VISITA A LA CASA DE AGUA

Allá encontré varias de mis culpas,
algunas viejas, otras más jóvenes,
y todas ávidas de que yo fuera
al cuarto oscuro a dormir

en el alma sobria de un vaso de agua,
en el alma extinta de Georgia O’Keeffe,
que siempre me pareció
la más lánguida culpa joven.

Entre las culpas viejas,
una bruja de mil años oscureció la sombra.
Olvidé perla herrumbrosa

en la corteza de la ostra.
Suntuosa monja con torso de nieve
Georgia O’Keeffe tiene el contorno físico del árbol.


HISTORIA VERÍDICA

La gorda y el perrito
no esperan otra música
además de la que emana, día tras día,

del gramófono contiguo al acuario.

El pez se ahogó,
la gorda secó una botella de ron,
sentó en el perrito que dormía en el sofá,

se lanzó del onceavo piso.


Claudio Daniel (São Paulo, 1962) Es poeta, traductor y ensayista. Es editor de la revista electrónica Zunái. Ha publicado los libros Sutra, Yumê, Sombra do Leopardo, Romanceiro de Dona Virgo y Jardim de Camaleões. Estos poemas forman parte del libro Figuras Metálicas. Poesía, de acá agradece a Sergio Ríos por las traducciones.


EN EL OJO DE LA AGUJA

Tatuar silencios como hormigas.
Ahogar los relojes
en un párpado.
Vestir el grito con la piel
del escarabajo.
Arrugar los músculos de la cara
en perplejidad.
Cruzar la vía absurda
de las uñas, desorientado
obscuro, agazapado
sobre las nalgas.
Saber que toda flor es ridícula,
e incluso así cultivar
el mineral,
el dolor,
la sorda epilepsia.
Olvidar el propio nombre,
y sobar la tierra
hasta el agotamiento.
(fuese apenas una canción de cosecha,
tú dirías amor y otras
palabras fáciles.)
Con la risa estúpida del camello,
viajar al ojo
de la aguja,
laberíntico, insano,
creyendo que toda historia es un ácido.
Después cauterizar la herida,
aceptar el reflejo,
el simulacro,
acordarse
de la semilla antes del pan
Tayata gate gate
paragate parasamgate
boddhi soha

PORQUE LA HORA ES VIOLENTA

Porque la hora es violenta y todo aplasta, abrir cabezas
de serpiente.
Hay el verde sonoro
de metales;
hay el morado
de la flor
cuyo nombre
ignoramos.
Dedos rugen
oscura perplejidad;
arcos revientan
picos
de pájaro.
Soy anfibio,
y callo
lo que me aterra.
¿Dónde viajar otros días posibles?
¿Cómo
extirpar
esa desolación?
He aquí el inevitable
campo
de batalla;
he aquí la letra inverosímil, bermejo
decapita
amarillo.
Sinceramente,
confieso
mi pesar:
cuando manecillas corroen pulsos,
poblar
mandíbulas
para cuervos.
La hora es violenta y el miedo en escamas
araña
la piel
de la voz.
Explotar palabras-de-arcilla;
degollar
leones
de piedra
(ignotos);
mutilar
la oscura epidermis,
en lluvia
azul-
de-agonía.
Todo
por un
nada
sonando cráneos y trompetas,
cortando (súbito)
el blanco-
ceniza
de la mañana.
- Sri Baghavan uvaca:
Yam hi na
vyathayanty ete
purusam
purusarsabha
sama-duhkha-sukham dhiram
so 'mrtavaya
kalpate.

domingo, 13 de abril de 2008

PUNTO BMP Nº10

Vanina Rodríguez Pazos nació en 1978, en Quilmes. Vive en Mar del Plata.

*
Pensaba.
En lo desarmado, construí
pero empecé pensando.
Los dibujos de las casas que se derrumban
dejando la pared delineada de ladrillos,
la pintura descascarada
de trasfondo siempre blanco:
hubo aquí la cocina, aquí una habitación,
la más grande o el living,
aquí el esqueleto de la bañera.
Aquello que ha caído se va perdiendo de a poco.
Ahí donde la orientación de los muebles,
ahora no sé.
Ahí donde la luz bajaría desde el balcón,
ahora no es.
Un día todo volverá a su lugar
ocupando espacios diferentes.
Será como romper una escultura femenina
y con cada parte concreta, desigual,
construir un camino.

*
Considerando que me mudaré
la canción llega
habría que dibujar una lista de cosas
una historia

podrían ser tantas, tantas cosas
los bigotes blanquitos de Sara
a trasluz de la ventana
qué hora es? hora de que Sara lleve
arrastrando con su bata
el sol desde la pieza
hasta la cocina de tostadas.

Considerando que me mudaré
la canción rueda
habrá que armar tantas llegadas.

Guardaría los ojos grises de las tardes
de los trenes en donde las hojas
ya son plumas en las vías

quién espera? quién estará
con su pelo volándose, esperando?

Considerando que me mudaré
lleno la maleta de nombres
la canción suena.

Suena a que me llevaré
un cielo de barriletes celestes,
amores de las siete en punto
y un parque de nubes soplando
como el polen entre los besos.

*
Nadie en el pasillo
y papel picado en el ascensor.
Silencio en los departamentos
sin vacaciones,
sin filtraciones.
El perro en el noveno ladra
solo.
A veces el portero barriendo acerca el oído al 4ºB
y escucha cómo es que la canilla gotea si…
El invierno se traduce.
Ya no hay hojas de otoño.
Podría encender un cigarrillo
en medio de la avenida.


Marina Yuszczuk nació en 1978, en Quilmes. Reside en Bahía Blanca. Es profesora de Letras por la Universidad Nacional del Sur. Publicó algunos de sus textos en Editorial Pastiche y Guía práctica de las mariposas por Cooperativa Editora El Calamar.



Entre amor y dolor hay una historia de amor y de dolor, no por casualidad se pertenecen mutuamente, no por nada resuenan. No son una moneda sobre la que acuñaron emociones, una de cada lado, que si se tira cae sobre una sola de las caras y es lo que toca, no. Ese giro en el aire y la caída tensaría el momento de la espera pero daría a la larga una solución simple. Mirar con devoción ojos cercanos que de la misma forma miran o parecen mirar pero saber que siempre dicen otra cosa, que esos ojos no saben por ejemplo que en el preciso momento en que estos ojos los miran se preguntan, al mismo tiempo que constatan la profundidad, tan fríamente se preguntan, ¿cuánto durará?





Se busca: mejor manera para lastimar a alguien, lastimar menos, lastimar más y más definitivamente con la ventaja extra de un final bien cerrado y de la honestidad, en lugar de la usual vaguedad que hiere menos, sí, pero ilusiona, que es una forma también de la mentira, ¿hay moral? Esta especulación también es parte del lenguaje amoroso, el dolor en la panza no de las mariposas sino de algo que debe terminar.





¿Estás ahí? Eso quiero saber nada más, es como si estuvieras en el espacio adentro de una nave, en un lugar igual de lejos y de incierto. No sé lo que no veo. Nunca fue fácil esto de contarnos cosas por teléfono y ver que cada uno estaba haciendo se estaba moviendo en un lugar del mundo que no era el mismo y creer que eso pasaba y creer además que estamos juntos cuando no literalmente y esperar. Escribí ese mensaje pero no lo mandé porque se entiende cuando la pregunta es una queja, cuando si la respuesta fuera “estoy acá” yo lloraría de todas maneras porque eso quiere decir “no estás acá”. No me explico del todo, lo cierto es que escribí ese mensaje y lo leí y ahora lo pongo acá para ver las palabras que decían que lo que me estaba molestando era la incertidumbre y la distancia. Si digo la verdad, debo ser yo la que está en una nave en el espacio, no sé por qué te pongo a vos en un lugar oscuro y frío y solitario, cuando la que se siente así soy yo.





Esos nenes y nenas que eran los hijos de los hombres que amé, ¿yo tenía que amarlos? ¿tengo que amarlos? Mirarlos y que estén, nada más hace falta para querer a un nene si se quiere a alguien que los quiere, y escuchar las historias de padres orgullosos ver el amor en la cara de alguien que se quiere yo podía haber sido parte de esas vidas y ellos de la mía nos podíamos haber querido, con lo celos también, con las madres celosas y las esperas largas y la ausencia con estar escondidos para cuidar el corazón de esos nenitos con las prioridades dolorosas y el amor compartido y el deseo algún día de llevarlos a alguna parte de la mano y hacerlos reír, de un poema de amor para ellos también, que fueron parte.





Esperá, ¿la persona con la que fui a una fiesta y la persona con la que volví coinciden en qué punto, son la misma persona o no lo entiendo? La observación de la actitud grupal de tu facilidad de deslizarte en el grupo y contar que una vez hiciste esto que si pasara tal cosa hubieras hecho eso que no te parece mal que si hicieras tal cosa no se te movería un pelo tu cara transformada por lo que estás diciendo caras que no había visto alguien que no me gusta un ataque de angustia voy a querer saber si es verdad a la vuelta cuando estés en mi cama voy a preguntarte con quién duermo no voy a dormir tratando de superponer las caras nuevas con esas otras caras esas otras palabras que me hicieron prenderme de vos, las cosas básicas: el miedo de que seas una persona de que no te conozca.





Tantas palabras para decir no, tantas palabras, una hora al teléfono para explicar con palabras que sobran algo que no se entiende mientras velar en lo posible aquello que más duela para decir no, cuántos segundos dura decir no, entonces vienen las preguntas los reclamos pero sabés pero esto no lo digo no sos mi padre confesor no estoy postrada de rodillas con la cabeza caída enumerando cosas que no son mis pecados sólo estoy esperando que termine esta conversación que gira sobre nada pero con tantas muchísimas palabras cuando lo único que el uno quiere es decir un gran no y lo que el otro está haciendo es poner más palabras para seguir escuchando una voz sólo seguir escuchando una voz porque cortar el llamado es cortar definitivamente eso es cortar poner silencio excluir las palabras matar algo no estar más en contacto no ser ya dos personas que incluso en la separación seguirán siendo una pareja que se está separando.

miércoles, 26 de marzo de 2008

PUNTO BMP Nº9

Andrés Farías nació en Bahía Blanca en 1986, es estudiante de Letras en la Universidad Nacional del Sur.

Volví lento esa noche

Lo primero que no te conté
es que volví lento esa noche
todavía con la sensación
de que venías atrás mío
pero nomás me siguió un perro
que me pasaba y olía las bolsas,
miraba y me esperaba,
y me acompañó hasta mi casa
que le cerré la puerta en la cara.
Al otro día se había ido
pero buscó en la basura y
todo lo que tiré en la semana
estaba desparramado en la vereda:
cáscara de zapallo, yerba, volantes,
botellas, pañuelos, yogures,
la lapicera, un sachet,
una caja de torta de naranja.

Vacaciones

Un fin de semana a Sierra
a descansar de la ciudad,
sus horarios y medios masivos,
como cuando éramos chicos
y yo viajaba en la parte de atrás
donde se ponían las mascotas y ahora va el GNC.
Pero en el auto –porque somos menos
o porque no anda el stereo–
hay alguna incertidumbre.

Por la ventana
veo unas cajitas que no sé
si son santuarios de virgen
y se pierden en la velocidad
con las rayas y las colas de zorro
con los árboles que van
a estamparse con el paisaje.

Máquina para sacar ositos

Una máquina de sacar ositos
valor de la ficha un peso
una ganga para los más hábiles
que hasta pueden elegir cuál
a diferencia de los infelices
que derrochan sus monedas
en manotazos torpes y
si una vez sacan algo
seguro va a ser ése, el que nadie
quiere, el que sin embargo juntan,
arropan entre sus manos,
cargan hasta la estantería
donde todavía está
junto al trofeo que le dieron
por Quinto puesto en torneo local,
el último que jugara
antes de dejar para siempre el tenis
y, ya a los 24,
dedicarse a atender el quiosco
que puso a una cuadra del club,
que equipó muy bien
con una máquina de sacar ositos
sexy, divertida,
absolutamente rentable.


Nicolás Guglielmetti tiene 26 años. Reside en Bahía Blanca donde cursa la carrera de Letras. En el 2007 participo de la beca Vox Ruta 33. Los siguientes poemas pertenecen a múltiplos de yo y a cesar palace.

Rouke

Te gusta
eso
Ruke?

Juana
pide
la cuatro

Pone
las llaves
en la boca

Mikey
tiene
una sonrisa
dorada
que le chorrea
las comisuras

Una espesa baba
de yogurt cortado

Eso querías?

Ayer quemé
el club de fans
por que me odiaban
y me sentía identificado
con ellos

No es eso
Ratón?

La nieve blanca
atorada en las agallas
el anillo de hule
golpeando la testa

Es de todo
buen varón
no usar las neuronas

Por algo el señor
nos dotó del doble

No seas pancho
No comas de parado
entre los pobres

Las putas
y ruidosas gileras
complotan

No te pongas la gorra

Las zorras
se pandean
con caños
en la cintura

Te calza
de maravilla
el blanco
Te hace juego
con la luna
en el vuelo estéril
de los pájaros

No espantarás a nadie Rouke
Sólo te queda
la pose de galán
pasado

La nariz naranja
del tobogán
y las niñas curadas
de espanto

No nada
Ruke

A este garito
sólo se entra
con tarjeta

Démosle
un corte
de una buena
vez

Almost

Arold
Corta
Las tapas

Acurruca
Parte
Del aislante
Bajo la
Intercostal

Seis
Franjas
De humedad
Golpeando la COF

Te acordás cuando tosías
Los primeros molares
En el Güemes?

La minivivencia
Entre los pupitres
Por el amor
Te acordás?

Soñábamos
Con
Tomarlo

Apretujarlo
En
La mano

Pero la carne te endurece

El amateurismo
Del sexo
A mansalva
Y demás
Deshaceres

En las cortadas
De pompeya
Alguien trata
De ganarse
La muerte

De fisher
Sólo queda
Un recorte

De esta realidad
Un par de retinas
Desprendidas

Cachengue

Esto
va a terminar
mal

El polvo
cubriendo
la quintita
con una
levedad
que escarnia
los debajos
del cero

No estaremos
en una conservadora gigante
esperando el granizo
con un libro de poemas pelados
y una pregunta que
nos apunta a la sien?

No
Satisfacción
denegada

Ella corta
con diez
de menos
y vos
Ahí Mudo

Tapado
hasta
el cogote

Estás abusando
de este tango
y alguien
te lo hará pagar

martes, 21 de agosto de 2007

PUNTO BMP Nº8

I. Poemas de Osvaldo Picardo
Osvaldo Picardo nació en la ciudad de Mar del Plata, en 1955. Dirige la revista cultural La Pecera. Sus libros son: Apenas en el mundo (1988); Poemas con tu altura (1989); Letras en una esfera armilar (1991); Dejar sin ventanas la verdad (1993), Quis quid ubi: Poemas de Quintiliano (1996 y 1998) y Una complicidad que sobrevive (2001). Los siguientes poemas pertenecen a la plaquette “Mar del Plata” (2005).

Las ciudades son absurdas
hasta que alcanzan
la playa del hábito y del amor.
Imponen un tiempo
y una mirada
que no eran tuyas.
He leído que algo parecido
sucede con unos peces
de las profundidades:
Se hunden en la noche del agua
sintiendo la cercanía
de la hembra desconocida.
Y bajo sixtinas de coral
encuentran y descubren
el corazón del instinto.
Basta eso para aplastarse
contra la piel de una vecina
y así, desaparecer día tras día,
hasta que, en la unidad deforme,
pierden los propios ojos
y hasta el primitivo cerebro.
El amor que miente su razón
con tanta entrega, nos abandona
a una práctica insípida:
saludarnos diariamente,
hablar de las mismas cosas
y aplastarnos …


A principios del siglo XX, mi abuelo
fue albañil y fue socialista. Algo
de su pasado me queda
en una foto perdida y en un cuadro:
Episodio de la fiebre amarilla.
Ahí, un recinto en sombras contrasta
con el sol que viene de la calle
y de la época. Recorta tras la puerta el gesto
de dos médicos famosos. Y de una mujer
que está muerta,
con una criatura llorando al pecho.
Es un día de marzo de 1871
y ella aún se llama Ana Bristiani.
La misma fiebre se llevó al padre de mi abuelo.
Pero el miedo y la pobreza los trajo
a la desembocadura de Las Chacras, donde
la publicidad de entonces imaginó
todo como la espuma, puro y saludable.
En esto creyeron una madre y un hijo,
solos en la estación de trenes.
Mi abuelo aparece en esa foto
(que ahora se me ha perdido) de la mano
de una mujer que no sonríe.
Tiene aquel niño sus ojos entramados
en el invisible fotógrafo.
Otra puerta
menos pesada se cierra, y apenas
si hay árboles que sujeten el viento del sudeste:
el que desparrama y mezcla origen y enfermedad.
El albañil y el socialista
harán su casa sobre el arroyo, sobre
lo que fuera inundación y barrio pobre.
Rosa se llamará su amor. Y tres
será la cifra impar de sus hijos.
¿Qué otras imágenes unen lo que no existe
a lo que existe, y así en lo sucesivo?
¿Cómo algo tan fuerte lo desata un día
un simple, absurdo manotazo de viento ?


Hay un cuadro de Hopper
que me recuerda caprichosamente
la ciudad en que nací.
Ventanas en la noche.
En primer plano,
por efecto de la luz y la sombra,
una cadera de mujer y un codo
indican un brusco movimiento
que una de las ventanas recorta.
Es una historia que no necesita
principio ni fin.
La ciudad insiste en aparecer
en la tela del pintor.
También, para mí,
he creado mi propia tela.
No existió antes ni después.
El inmigrante y el desterrado
me entienden.
El turista
nunca ha llegado a estas playas.


II. Poemas de Sergio Ríos.
Sergio Ríos nació en Toluca, México, en 1981. Estudió Letras Latinoamericanas en la UAEM. Sus libros son: Piedrapzarnik (Centro Toluqueño de escritores, 2004) y De cetrería (bonobos, 2004)

NON VOLUNTARIS

Yo era estúpido porque no sabía que sólo
la poesía estúpida es en verdad atrayente y fascinadora

Arturo Carrera


Habremos de corregir
la osamenta del perro
la extremaunción
del amor aturdido
casi el pasito nupcial
en la suficiencia
de una caricia
no en monótono
repliegue
el aislamiento cándido
la onomatopeya volátil
por el hocico abierto
no se llama pereza
aunque
el músculo de la fatiga
bebe una familia
de quince cucarachas
en mestizo aguardiente
los bálsamos de San Gaspar
bebemos también
en la torpeza vertebral
alicaídos
no era una canción de los sesenta
su hermano asaltó
a cuatro turistas
cuando salían del banco
y luego hubo heroína
y noches en el desierto
que gritaba
que dios es un puerco
que dios no es un venado
que dios tiene un collar de jazmines
y un rostro terciopelo
pero es un cerdito
con la cola espiral
por todos conocida
de Tecate
era él
y cruzaba a San Diego
porque parecía gringo
aparezco en la cárcel
con mi hermano pequeño
esa misma noche
el rompe algunos parabrisas
yo arranco los teléfonos
sangra su mano derecha
mordida por estalactitas
sólo quería llamarte
arrancar desa costilla pública
tu huída
descifrar los telones
que ya han caído
estamos sordos
entre los cencerros
de aquella provincia
el calor mece
el soplo rudimentario
de las estrellas
tuerce el histrionismo
tuerce la ebriedad
ahí
como el feto
de un murciélago
en oscuras ceremonias
la nariz
no desconoce el nervio
de una luna baja
justo ahí
llueven los tábanos
salpican las tijerillas
escupen los alacranes
su ignorancia gradual
y no hay otro veneno
lejos de tus manos
no hay nueve meses
famélicos
no hay hecatombe simple
pero nos despedimos
el rencor sonámbulo
también
quiero el pelo blanco
de aquel personaje
en el laberinto de París
ella lee cada estertor
la bilis
como un guante
de bruja
claroscuro
la duquesa colibrí
junto al sauce
el deseo predador
o lavar los sesos
con un gesto siamés
comience el trote
metafísico
el corazoncito lánguido
la querella de novelón alpino
de amantes disecados
improvisara
la nieve egoísta
diminutivos
negaciones pasajeras
enferma
como un hada
que cuelga arrogante
de mi abrigo inglés
sucede el despertar intonso
de los cuerpos sometidos
al sueño
está llorando en mi cama
un metal narcótico
un metal pausado
la legra
se internó en tu vientre
como un cardo
que cocinara
el temor materno
llora toda la noche
no entiende la orfandad
no le contaré de la cárcel
apuntes de lobotomía
en la cabeza
me confunden con un militar
proscrito
ríen de nosotros
tres policías
estoy descalzo
y camino sobre el excremento
desborda un vómito azul
nuestros lechos de piedra
que cagamos
que aullamos
que insultamos
la Verdad en esa celda
nos repiten
nos repiten
cuando nos condenan
rayo una profecía absurda
en la pared íntima
de la celda
rayo con vómito azul
esa orfandad
y hablo el idioma
de los simios.

(Poema inédito)

Yo, el Deshollinador Absurdo de esta fiebre, te advierto del fuego y su filo inconstante, de su caligrafía en el umbral como síntesis lacerada del día, de su latido magro que guarda como herrumbre, de cuando se apea y su quemadura adhiere filamentos de lluvia descompuesta y sucede y se dispersa a otra hoguera, a otro fardo se sombras. Desconfia, de ese reposo que no clausuran los círculos de viento, que no amaga el atardecer disimulado; porque este fuego es el barandal donde la noche pesa sus ríos, es el fuego imperativo que amordaza los ojos. Y si padeces la usura de enmudecer, Viajera con el Vaso Vacío, hay una orilla invertebrada, una ranura de azogue que desboca el alba en las migraciones que secretamente nos llevan.

(de Piedrapizarnik)

ALMOHADA FÚNEBRE
(UNA RENUNCIA)

No me tentará el torpor de los cuerpos que contienes, el vuelo disecado en tus entrañas ahora raudo migajón, ahora vientre. Ninguna piedad para la jaula decapitada al viento, al ovillo de los acantilados muda. No me tentará, atalaya de orejas todo el mato del sueño, ni escucharé cada gesto del día escaso, ni me vendaré con luz cerrada. No me tentarán las migraciones de tu hábito, aunque la noche me embiste horizontal, ineluctable. Guárdame con tu enjambre blando, orilla de viejas alas, nido lento, peine fiel, peinando los andamios de lo que he soñado.

(de De cetrería)

lunes, 23 de abril de 2007

PUNTO BMP Nº 7 (Edición especial: canciones)


No nos olvidamos que éste es un blog de poesía, ni intentamos asimilar necesariamente poema y canción; simplemente – y sin mucho autocuestionamiento – nos permitimos postear en este número algunas letras de canciones. Existen, sí, contactos. En nuestra selección, los Mataplantas – como ellos nos señalan en un intercambio de e-mail – usan citas de Baudelaire y Rimbaud para componer sus canciones; Francisco Bochatón, por su parte, tiene editado su propio libro de poemas.
Agradecemos enormemente a Mataplantas y a Francisco Bochatón por autorizarnos a publicar sus letras.

FRANCISCO BOCHATÓN nació en La Plata. Con Peligrosos Gorriones editó: Peligrosos Gorriones (1993), Fuga (1995) y Antiflash (1997). Sus discos solistas son: Cazuela (1999), Píntame los labios (EP, 2000), Mundo de Acción (EP, 2002) Hasta Decir Palabra (2002). La Tranquilidad Después de la Paliza (2005) es su último disco.

Feliz cumpleaños

Ven, amamántame con tu pecho solitario / quiero estar seguro / vuelcan autos sobre el lago / caramelo soy sobre tu altar rosado / clan de ritmos rotos / crío cerdos que como / en el reducto de los corsarios compré un poco de pan / ellos se creen / que son geniales y yo no sé quién soy / expectante entre ambos se desempeña el número cinco / ese rancio sol que corre entre los tejidos / un columpio de mandarinas va a la velocidad / de la derrota de los carteros castrando un semental / ya que el ángulo visual es limitado / voy a pedirte que me tires un centavo / garrapata de amor come, muerde sobre ambos / gata gula de gol gimiendo eternos / ven, amamántame con tu pecho solitario / quiero estar seguro / vuelcan autos sobre el lago / caramelo soy sobre tu altar rosado / clan de ritmos rotos / crío cerdos, como cachos / esta parte que te interesa está también en mí / el decorador del hielo crea un sapo vertebrado / yo mismo, el gran galán, en este muy feliz cumpleaños / feliz, feliz cumpleaños.

Maratón de torturas

Una maratón de torturas / un caparazón de tortuga / el velorio de un nacimiento / el dibujo en lápiz hambriento / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna / oigo el trote de los sirvientes / platos finos, ollas calientes / una parra de aguas brillantes / entran balas a asesinarte / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna / no te escucho / no te engaño, cuento meses, cuento años / cuando pasa el perro y la estrella / se hunden en el aljibe y se enriendan / la noche en la mitad del planeta / se hace un borde y se mastica, se besan / una maratón de torturas / un caparazón de tortuga / el velorio de un nacimiento / el dibujo en lápiz hambriento / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna.

Luces

La casa está vacía de cosas tuyas y cosas mías / el cuerpo no me pertenece / es del paisaje, es de la gente / mi hijo es de un lugar enorme, y yo le miento / mi hijo es de un lugar enorme, y llora lento / acostumbrado a morir / las luces de un momento intentan cubrirlo todo, uniendo piezas / y el mapa es tan distinto / me da una idea que yo distingo / la llama aumenta y no detiene su tormento / en los cristales de otros tiempos está tu cuerpo / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / a un costado del cuadro está tu flecha, rota y desecha / esfuerzo por ser alguien que no coincide con tu belleza / la dirección no tiene apuro para ver dentro / con una enorme red de mundos que veo lejos / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir.

Los MATAPLANTAS son: Pablo De Caro (voz, guitarras), Pablo Malaurie (guitarra, voz), Maximiliano García (bajo y coros) y Nazareno Gil (batería y percusión). Sus discos: El Sueño del Hombre Pulpo (2005) y Hickie (2006).

Infinito

Son las arañas en mi cara / son miles de insectos / que van recorriendo por todo mi cuerpo, mi espalda / se van dividiendo las partes / las va retorciendo, la encarada /y que empieza a comer de mí / y no me deja nada / / Son los diamantes en mi almohada / son ríos de niebla / que van recorriendo por todo mi cuarto, mi cama / mi amante, la encarada / prefiere dejarme así / por siempre / por siempre / por siempre, mañana. / / Un nuevo motivo / me obliga a llegar casi muerto / a la cuidad de los niños perdidos / si el dios radioactivo es mío / prefiere dejarme así / por siempre / por siempre / por siempre, dormido. / /Soy las arañas en mi cara / son miles de insectos / que van recorriendo por todo mi cuerpo, mi espalda / se van dividiendo las partes / las va retorciendo, la encarada na na na na / hoy, encuentro un camino / no es lo mismo que estar /enteramente perdido, el anillo que te fui a buscar // Hoy me voy / me siguen los ciegos / me buscan los muertos / me llevan los vientos / me mata el encierro / me voy.

El día de los muertos

Llegó a la casa de la que escribió / entró en los cines por primera vez / si la ventana que la construyó / la tengo acá, la tengo acá / si no decide donde quiero estar / no puedo ver / / Mató la oveja por novena vez / le pide ayuda desde la humedad / si la cuchilla que me regaló / la tengo acá, la tengo acá / si corta el aire donde respirás / qué vas a hacer, qué vas a / temo a los muertos que no están conmigo / Oh, ooooh, oh / la puedo usar / la puedo usar / la puedo usar.

martes, 13 de marzo de 2007

PUNTO BMP Nº6

I. Publicados:
Víctor Uribe nació en San Martín de los Andes en 1975 y reside en Mar del Plata desde 1983. Sus libros son: 1 mt x 1 mt (Ediciones Suárez, 1999), Hijo en m2 (Estanislao Balder, Colección Semipiso, 2000) y alguaciles (Estanislao Balder, 2004). Los siguientes poemas pertenecen a alguaciles.

FÓSFOROS

Después de la TORMENTA fui a dar un paseo.
EL CIELO estaba cubierto de NUBES oscuras
que se movían a gran VELOCIDAD.
Ya no había VIENTO y el VERANO había terminado.
Pronto las HOJAS de todos los ÁRBOLES caerían.
Pero YO caminaba.
Ahora que recuerdo ese momento pienso
que podría haber ANDADO
y andado
hasta dar LA VUELTA AL MUNDO.
Pero yo no podía dar LA VUELTA
al MUNDO
sin cigarrillos.
Y los busqué. Y no los tenía.
Me los había olvidado justo al lado del TELÉFONO.
Durante un segundo pensé en VOLVER: aún no estaba
tan LEJOS.
Pero no lo hice y SEGUÍ.
Frente a la ESTACIÓN DE TRENES
encontré un kiosco abierto: compré
un atado de CAMEL, una CAJITA DE FÓSFOROS
y crucé la CALLE.
La ESTACIÓN DE TRENES me pareció el mejor lugar
que podía encontrar en toda la CIUDAD.
Aún sigo pensando lo mismo.
Los BANCOS son incómodos y el PAISAJE
jamás varía; pero eso está bien para mí: YO
NO voy a ver TELEVISIÓN allí.
No lo había hecho aquel día,
ni los que siguieron.
Es curioso pensar en las COSAS que uno hace
en ciertos momentos de su VIDA: aquel día
yo estaba sentado en un buen BANCO, tenía
una buena VISTA, un PERRO bebía pausadamente
del gran CHARCO que se había formado a mi lado
y estaba a punto de encender un CIGARRILLO.
Fue entonces cuando los vi: DOS pequeños
FÓSFOROS DE MADERA
unidos por la CABEZA
estaban aprisionados entre mi ÍNDICE
y mi pulgar.
Por alguna razón no pude encender
mi CIGARRILLO con ellos.
Repito: es curioso pensar en las COSAS
que UNO hace
en ciertos momentos de su VIDA.
Los dejé a un lado y hurgué en la CAJITA
hasta que por fin pude sacar OTRO fósforo.
Luego prendí el CIGARRILLO, di dos pitadas
y mientras expulsaba el HUMO
los volví a tomar entre mis dedos.
Los comparé con el que había hecho ARDER.
Los enfrenté y no me atreví
a separarlos: se veían MUY bien JUNTOS,
tal vez un poco TORCIDOS y FRÁGILES,
pero FIRMES: el hecho de compartir
la misma CABEZA
les otorgaba un extraño EQUILIBRIO.
Entonces lo hice: los puse en forma VERTICAL
en uno de los extremos de la CAJITA
y caminé hasta el gran CHARCO
donde había estado bebiendo el perro
y como si fuera un BARCO DE PAPEL
dejé la CAJITA DE FÓSFOROS sobre la superficie
del AGUA. Y la empujé.
Y la vi avanzar entre MINÚSCULAS olas
que la chocaban y la hacían zozobrar.
Pero NADA parecía dañarla. Y avanzaba
BELLA y tenazmente
AVANZABA.
Recuerdo que miré el RELOJ y no supe decidir
si era TARDE o si aún era TEMPRANO.
Eran las dos cosas.
Me quedé contemplando un momento más
mi pequeña EMBARCACIÓN, a los FÓSFOROS
y luego con la punta del CIGARRILLO
los hice ARDER.
NO me quedé a ver el FINAL; de todos modos
NO había muchas ALTERNATIVAS.
Arriba en el CIELO las nubes
estaban aún MÁS oscuras.
La ESTACIÓN tenía el aspecto de un PUEBLO
FANTASMA: las VÍAS estaban desiertas
y las SEÑALES levantadas.
NADA de cuanto había en ella daba la idea
de que alguna vez allí llegara un TREN.
Mucho menos de que ALLÍ saliera.
Caminé por los RIELES, encendí otro CIGARRILLO
y sentí ALGO que nunca antes había sentido.
Era domingo y ATARDECÍA.


EL ABC DE LA NATACIÓN

Mantenerse flotando sobre el AGUA e ir por ella
sin tocar el FONDO: eso es NADAR.
Suena bastante sencillo y hasta estúpido;
pero ésa es toda la CIENCIA que una persona necesita
para meterse a disfrutar en esta PILETA.
Todo lo demás, todos esos horrendos TRAJES de baño
y ANTIPARRAS y GORRITOS flúo y bolsos ADIDAS
repletos de “cosas apropiadas para la NATACIÓN”
son prescindibles: simples CONSEJITOS
de la gran “mami” que todos llevamos dentro:
“que nadie te vea pobremente equipado, NENE”
“que nadie piense que sos una improvisada, NENA”.
Puras mamerías: - el balde.
Yo lo sé. Yo puedo hablar.
Hace más de veinte años que limpio los BAÑOS
en este NATATORIO y lo he visto todo:
los que se METEN por la parte más baja
y van avanzando poco a poco;
los que directamente llegan y se lanzan
como TORPEDOS DE SUBMARINO y lo único
que les importa es la VELOCIDAD; los que necesitan
de un INSTRUCTOR que los sujete y los cruce
de un extremo a otro y los que NUNCA se atreverán
a meterse (y lo saben) y sin embargo regresan
una y otra vez: - los jabones.
Estos últimos me parten el CORAZÓN y de buena gana
les metería una PATADA EN EL CULO
para que cayeran al AGUA y empezaran a NADAR.
Pero ése no es mi trabajo.
Mi trabajo es limpiar BAÑOS y punto: UNOS ensucian
y OTROS limpian; UNOS se meten al agua
y OTROS no.
Así están divididas las COSAS; así estaban cuando
llegué y así seguirán después
de que me haya ido: - el secador.
A veces me los quedo viendo y es un verdadero
ZOOLÓGICO de estilos: el PERRITO,
el MARIPOSA, el HIPOPÓTAMO…
Todos tienen un modo particular de HACERLO.
Un modo que los diferencia del resto;
Pero hay una COSA en la que todos
coinciden: el MIEDO.
Los NADADORES sufren por el agua. Temen
que llegue el día en que las calderas NO funcionen;
temen que el agua deje de venir y que la PILETA
se transforme en un sucio ESTANQUE.
Y lo PEOR: temen que se vaya.
Por supuesto, fingen. Todo el TIEMPO hablan
de las COSAS que suceden afuera; pero yo veo
cómo abren sus ojos al acercarse al BORDE
y cómo respiran aliviados al comprobar
que aún hay AGUA donde sumergirse
y NADAR.
Luego se olvidan, claro: tienen
EL AGUA HASTA EL CUELLO
y son FELICES y UNOS chapotean con todas
sus fuerzas y OTROS apenas se deslizan
tratando de mantener el agua en calma,
intentando que ni una sola GOTA
se salga fuera de la PILETA: - las toallas.
Yo siempre digo lo mismo: UNO puede ser
una CAJITA DE FÓSFOROS
o el mismísimo TITANIC.
Eso no es lo importante: los dos
van hacia el mismo lugar.
Lo verdaderamente importante, el ABC de la natación,
es lo que te dije al principio, pibe: mantenerse
sobre el AGUA e ir por ella sin tocar el FONDO
el mayor TIEMPO posible.
Eso es lo que yo pienso.
De todos modos, yo sólo soy un simple LIMPIA-
BAÑOS a punto de jubilarse y vos un simple
LIMPIA-BAÑOS a punto de ingresar: - el cloro.


II. Inéditos:
Gabriel Pugliese nació el 13 de septiembre de 1977. Publicó Bucito Beat.

Qué extraño se parecía mucho
a una película muda
mis ojos como una aguja en cada tecla
era un pianista desbocado
y gritaba
te robaba de la tela
la gente enfurecida
yo te anclaba entre mis dedos sobrios
sin naufragios y te decía
no más ruidos no más ruidos
y te daba risa el camino
de una palma a la otra el salto
alto y sutilísimo
vos eras tus cosquillas
la risa de tus labios celestes
eran manta y techo
yo te cosía a mi lengua
letra y música eso éramos
pronto venía una sed grandísima
y yo era océano
porque me querías y yo era océano
dos personajes
vos la chica que mira a los ojos
yo paseándome de tu hombro a tu oreja
hacía frío y te vi
y temblabas
voy a cuidarte
sé mi manta solamente
la corchea que me clavo para
salvar al mundo pequeño de tus tetas hermosas
así es mejor vos ahí
tan cerca como leños
tan ligera como lo atroz de caminar entre postes la gente
vos como una paloma que vuela allá
una insolencia
te prefiero
lunática con fiebre
tejida a mano ésta mi mano
que te guarda
y ya no duele.

Maipú, 22/02/04

No sé si loco pero
al segundo mate empezaste
a reírte sólo para mí está clarito
vos toda y tu pelo negro
yo pensé lo acaricio quizás
querés y más que eso
vaya a saber es tan tibio
la tarde sentada en la vereda vos y yo
anclados de instantes
pasan uno dos tres autos dejan humo
fijáte no hay tormenta
adentro
qué cálida sos cuando abrís la ventana
de la alegría
mirá la luna está chiquita
quién la mordió qué risa
lo bueno de la luna es que puedo mirarla con vos
ahora que te veo te toco y te espero mañana
vas a doblar la esquina
del que yo era
y no habrá rotos.

Maipú, 24/02/04

Vengo en un rato escuchá esta canción
así dice el papelito amarillo
tu letra sin urgencia
en un día sin urgencia
qué casualidad claro claro
tu texto ahí
en el libro de Calderón sin duda mal leído
como seguro nada había y qué
el tiempo y su arena pegajosa
tu cuerpo como una patria única
mi universo ilógico
la casa
chorreaba Silvio besos y panes te gustaba
yo cantándote Yesterday en la cocina
se nos volaba el techo
se te volaba la ropa mi lengua en tu lengua
hermosos caramelos
no la costumbre
no el tedio sino la hoja cayendo
vos y yo al pie del árbol
juguetones ebrios desbocados
en un cordón de la noche en una caminata en un gemido
gracias
por tu voz y la canción amada
ahora que en la radio dicen lo mismo
la lluvia llueve lo mismo
el sol sale lo mismo
y mi corazón late
casi igual.

Maipú, 02/03/04

jueves, 1 de marzo de 2007

PUNTO BMP Nº5

I. Publicados:

Luciana Caamaño nació en Mar del Plata, en 1984. Estudia Letras. Publicó cocorita (dársena3, 2006). Los siguientes poemas pertenecen al fanzine Tilinga on the rocks I, con ilustraciones de Agustina Nat y textos de Luciana Caamaño, editado en Mar del Plata, en Noviembre de 2006.

*
La medusa que está atravesando un episodio hipomaniaco se ha quebrado una piernita mientras colgaba un retrato de elvis en la pecera de cristal parisino. La telefonista entra a escena y pega un grito gigante, ha perdido el teléfono y todo se vuelve una gran catástrofe. Ya no hay lunes ni domingos, sólo aire. Las puntillas de las medias de la cortesana de turno son más que bonitas. Y yo aquí, en medio de la fiesta, vestida de enfermera. La musiquita es eterna y suena cada vez más fuerte. Ya no hay tardes ni mañanas, sólo viento.

*
Tilinga on the rocks organiza una lucha en el lodo. La ganadora deberá comer 8 kilos de lemon pie y recitar de memoria las noticias policiales de la última década. A todo esto el conserje del hotel pide silencio. Alguien que está tirado sobre el suelo, le arroja una palangana llena de ranas, que en realidad son conejos pintados de verde. Ya no hay horas ni minutos, sólo brisa. A menudo la gente no recuerda aquello que sueña. Pues a mí me ocurre que no recuerdo aquello que vivo.

*
Hace 9 días que no cierro los ojos. Habría que ir pensando en comprar nuevas tazas de té, una tetera y un par de tetas, de las mejores del mundo, para decorar la recámara de la reina de arabia, esa que tiene un nombre inmenso. La noche de hoy la voy a dedicar íntegramente a romper foquitos de luz, uno a uno, hasta llegar a los cien. Mientras tanto beberé café y leeré los anuncios calcificados.

*
En el sótano tengo una cala. Se llama antonia. Le gusta jugar al dominó. Por las noches armamos muñequitas de plastilina y bebemos vino añejo. En ocasiones antonia cocina comida china mientras escucha rock progresivo. El problema es que mi cala padece de insomnio. Por lo que me veo obligada a acompañarla noche a noche. Las mañanas suelen pasarse rápido, sin mayores complicaciones. Pero las tardes… de repente me encuentro en un colectivo; al abrir nuevamente los ojos estoy en medio de la lectura de una novela; luego aparezco sentada en un parque, más tarde me encuentro en una butaca, viendo un filme... es como si mi vida fuese objeto de un editor cuya censura quitara las partes en donde me subo al colectivo, escojo la novela, llego al parque, entro al cine.

*
Tilinga on the rocks se bate el pelo, se clava un rivotril, se disfraza de alf, se escanea la cara y sale cantando bajito para el bautismo de su sobrina gregoria.


II. Inéditos:

Lucía Couso nació en Capital Federal, en 1986. Actualmente estudia letras en la UNMdP. Forma parte del grupo de promoción de la lectura y la escritura pepas de dulce. Los siguientes poemas pertenecen al libro inédito Zoe.

martín

martín tiene el corazón
fosforescente.
todas las tardes la ve
y grita:

los monstruos existen
aunque digas que no.

facu, vero y melqui

facu se enamoró de las dos
facu les escribía poemas
con su letra.

para vero:

el cielo es palpable
con las manos al aire
y los pies desnudos.

facu se enamoró de las dos
facu les escribía poemas
con su letra.

para melqui:

los cisnes de papel saben
el secreto de las musarañas.


vero, o melqui.

los ojos que se pegan
de tanto maquillaje.
desde chica intenta
conquistarse a ella misma.

cochila

la chica del bar es linda
los chicos la miran,
comen medias lunas.

le combina todo:
la mochila
el pantalón
el suéter con
las botas; le combina
el pelo con el cinto
la cara con el novio
la dicción y la pepsi light.